lunes, 9 de septiembre de 2013

EXCURSION DE OCTAVO, MI DIARIO, MIS VIVENCIAS.







Comienzo hoy el relato de la excursión de octavo, que lo prometido es deuda. Tal como lo escribí entonces os lo transcribo ahora. No esperéis grandes aventuras que son los ojos de una niña las que os cuenta aquella historia. Pero tal vez nos ayude a traer a la memoria las muchas otras cosas que sucedieron esos días. Vais a encontrar fechas, lugares que visitamos y algunas de las actividades que hicimos esos días. Menos mal que ya por entonces era una muchacha discreta y no hay nada de lo que escribí que ahora no pueda incluir. Y repito, lo pongo tal y como lo escribí entonces, con los mismos puntos y comas que coloqué. Y aquellas otras aventuras y desventuras entre niños y niñas, ingenuos adolescentes que exploraban el mundo, permanecerán en los recónditos lugares del recuerdo. ¡Qué algunos erais algo atrevidos, para la época! Y otros teníais la mano un poco larga, ja, ja, ja.



Sigo con la narración de lo que hicimos aquellos días, sin más pretensión que refrescar la memoria. Seguro que leyéndolo os vienen otras aventuras que creíais olvidadas. Voy a escanear también las fotos que tengo de este viaje, aunque son pocas y están algo desenfocadas, pero creo os hará ilusión tenerlas. Como siempre, centradas en las niñas, aunque hay una donde destaca, a lo lejos, la figura de Luismii. Alguna se entristecerá más que otras con su recuerdo porque se sentía atraída por él, pero eso quedará entre las que lo sabíamos, salvo que ella misma quiera desvelar el secreto. Amores adolescentes, rimas salvajes que algunos dedicabais a las más buenorras de la clase y que Don Segundo(*) pilló y nos leyó en clase. “Por ti me haría pirata, no por el oro ni por la plata, si no por lo que tienes entre pata y pata”. Así erais vosotros, un tanto primitivos, perdonad que os diga, que si con eso pretendíais ligar… Eso hacía que la tarea de estudiar fuera más fácil y los niños no distraíais nuestros quehaceres escolares.








6 de mayo de 1979


Por fin llegó el día de la esperada excursión.


Salimos de Segovia con algo de retraso, ya que un chico creía que la excursión empezaba el lunes y hubo que esperarle. Estábamos todos muy emocionados e ilusionados. El camino no se me hizo muy largo que se dijese, en él entonamos las canciones típicas así como otras de actualidad.

En el viaje pasamos por varios pueblos y en Sotillos paramos a comer. Después nos dirigimos a Córdoba y vimos su gran mezquita, patios y calles típicas, adornadas con sus flores de todos los colores y clases.

Lo más bonito fue la mezquita, el guía nos explicó cada sala. Lo que más me llamó la atención fue la capilla central en la que se encontraba la sillería del coro, tallada en diversas maderas y adornada con gran cantidad de adornos, todos distintos, en esta capilla también se encontraba la tumba del que se encargó del tallado.

En Córdoba nos cansamos de tanto andar y por fin volvimos al autocar para emprender rumbo a Marbella. Este último tramo del viaje se me hizo muy pesado, parecía que al albergue se lo había tragado la tierra. A fin divisamos Marbella, era de noche y los profesores no localizaban el albergue, era natural pues no conocían las calles, tras preguntar encontramos el albergue. Después de recoger cada uno su maleta nos dirigimos al interior de nuestro momentáneo hogar. Esperamos unos momentos en la sala de televisión y seguidamente fuimos al comedor para cenar. Allí además nos dieron las instrucciones para dirigirnos a las habitaciones y nos dieron el horario de comidas.



Al ver nuestras habitaciones nos llevamos un chasco, no tenían llave, mejor dicho la tenían pero no nos la querían dar.
Deshicimos las maletas y colocamos la ropa en las perchas del armario. Algunas ventanas tenían rejas, por encontrarse al lado de una terraza, así se evitaría pasarse por las ventanas de una habitación a otra.
Nadie quería dormir y la noche transcurrió algo movidita. Fue muy emocionante la primera noche en el albergue.






Hasta aquí el primer día. Poco a poco iré contando más hasta llegar al 12 de mayo, fecha en la que concluyó el viaje.








Segundo día, 7 de mayo de 1979


Pasada la primera noche nos dirigimos al comedor para desayunar y después de una hora nos volvimos a reunir para ir a ver la playa. Durante ese tiempo libre cada uno hicimos lo que quisimos: comprar tarjetas, regalos y algunos ya habían ido a ver la playa. Al llegar al mar algunos se bañaron a pesar de que el agua estaba un poco revuelta y algo fría. Al regresar al albergue nos entretuvimos observando cómo se llenaba la piscina ya que aún era pronto para ir a comer.

A las dos, hora acordada para comer, fuimos al comedor y a las cinco fuimos a Puerto Banus, donde como es natural lo que más había eran barcos, eso sí, muy distintos entre sí. Hubo uno fenomenal, debía ser chino o japonés pero toda una maravilla. También vimos otro que merecía la pena lanzar un ¡oh! Nos dijeron que era de un árabe que poseía muchísimo petróleo y muchos barcos, además de otras cosas.

Alrededor de las ocho regresamos y en el albergue libremente cada uno matamos el tiempo como mejor quisimos. Antes de ir al albergue fuimos a la playa.


Al llegar la hora de cenar todos fuimos al comedor y como al día siguiente teníamos que ir a Ceuta a la salida recogimos los bocadillos de la comida, el del desayuno lo haríamos al día siguiente. Esa noche en las habitaciones de las chicas hubo tranquilidad, deseábamos dormir. En las de los chicos hubo algo más de juerga.





Tercer día, 8 de mayo de 1979


Nos levantamos muy pronto y después de habernos lavado fuimos al salón de la tele. A la salida recogimos la Viena y después en el autobús nos dieron la mortadela para formar nuestro bocadillo del desayuno. Llegamos a Algeciras sobre las 7, una hora antes de la salida del barco porque aunque los pasajes ya estaban sacados era necesario encontrar al hombre que los tenía. Gracias a Dios pronto le encontraron y nos dirigimos al barco. Algunas se marearon y otras nos aburrimos de tanto ver subir y bajar el mar, menos mal que la travesía se alegró un poco al ver delfines por el mar.


Al llegar a Ceuta formamos grupos y nos recorrimos las calles para comparar precios y después comprar lo que quisiéramos o pudiéramos. Sobre la 1:30 comimos y hasta las 6 que regresaríamos al barco compramos lo que nos hubiera faltado comprar por la mañana. Sacamos diversas fotos. A la hora acordada tomamos el barco y al llegar a Algeciras pasamos la aduana. Yo creía que sería otra cosa pero en realidad a los menores nos miraron muy poco.



 Tomamos el autobús y al llegar al albergue la cena estaba fría pues la hora para cenar había pasado. Algunas recogimos las mesas, las camareras ya se habían ido.







Al dirigirnos al dormitorio enseguida nos dormimos, teníamos muchísimo sueño.







Cuarto día, 9 de mayo de 1979




Nos levantamos pronto para poder llegar al comedor a las 9, hora de desayunar. Después de una hora nos dirigimos a la playa. Hacía muy bueno, y todas deseaban meterse en el mar. Yo solo metería los pues, pues aparte de que no sé nadar, el agua no me gusta. Antes de bañarnos entregamos a Don Mario los objetos más valiosos que habíamos comprado.

A la hora de comer regresamos al albergue y como la comida estaba lista no fue necesario esperar. Por primera vez en los días que llevábamos nos pusieron fanta naranja para beber.

Por la tarde volvimos a la playa, había que aprovechar el buen tiempo. En la playa nos explicaron el propósito de organizar una serie de concursos. Por la noche tendrían lugar el concurso de baile y disfraces. Fue una velada estupenda. Nos dirigimos a la cama y dormimos tranquilamente.





Quinto día, 10 de mayo de 1979






Nos levantamos a la hora de costumbre y después de desayunar nos fuimos a Nerja. Allí visitamos sus cuevas, eran fenomenales, amplias y con grandes adornos naturales. Poco después volvimos al autocar para ir a la playa de esta localidad. El agua estaba fenómeno, aunque yo, como siempre, solo metí los pies. Tengo súper comprobado que soy de tierra adentro.

 Comimos cada uno por donde quisimos, en cualquier plaza de Nerja. Recorrimos la ciudad y fuimos a ver el balcón de Europa, aunque este paseo es corto es muy bonito. Al regresar pasamos por Málaga pero no paramos, muchos deseaban volver para poder bañarse en la piscina, sería el primer día. Poco después tendría lugar el concurso de natación, tanto para chichas como para chicos. En la velada tendría lugar el concurso de cultura, éste ya después de cenar. Al volver a las habitaciones, antes de que aconteciera el concurso de cultura, algunas se dieron cuenta que las había desaparecido dinero y todas estábamos muy disgustadas.

Antes de ir a la cama hablamos con los profesores, sería muy difícil recuperar el dinero. Después cada una nos fuimos a la cama, pero el disgusto no se había pasado.

 
 


 




Sexto día, 11 de mayo de 1979








Como siempre, nos levantamos pronto para desayunar a las 9 y después tuvimos un rato libre, muchas nos fuimos a comprar y otras esperaban ansiosas el momento de ir a la playa. Llegó la hora y allí nos dirigimos, al cabo de un rato tuvo lugar la prueba de velocidad y aunque yo participé no gané. Después correrían los chicos y seguidamente acontecería la prueba de salto, esta vez los chicos saltarían primero porque solo había 2 apuntadas, de las cuales una de ellas ya había ganado una prueba y no se podía ganar otra, por esto hubo de suspenderse la prueba de salto para chichas.

Llegó la hora de comer y todas nos fuimos al albergue, esta vez para beber teníamos limón. Algo después de comer entregaron los premios. Yo estaba muy disgustada pues me habían quitado la cámara de fotos. Las que no recibimos premios no conformamos con haber tenido la alegría de vivir esos momentos, que también fue un gran premio.

Por la tarde fuimos a la playa y enseguida regresamos para podernos bañar en la piscina, aunque yo sólo me divertía en verlas.

Llegaba la noche, la última en el albergue. Ya había pasado el último desayuno, la última comida, la última cena y ahora venía la noche. No trasnochamos, debíamos de estar animadas para el viaje. Antes de acostarnos recogimos todo y preparamos las maletas. La comida (para el viaje) ya la habíamos recogido después de cenar. Las cosas que compramos en Ceuta también las recogimos después de cenar.







Séptimo y último día, 12 de mayo de 1979






Nos levantamos pronto para regresar a Segovia. Por una parte deseábamos volver para ver a nuestras familias y para incorporarnos a la vida normal, pero también nos daba pena dejar el albergue, nos habíamos acostumbrado a él.

Sólo nos quedarían recuerdos, muchos muy gratos pero otros no tanto, no podíamos olvidar la faena del dinero de algunas compañeras, a mí por suerte me había aparecido la cámara y estaba muy contenta.

 Tomamos el autobús, debíamos recorrer bastantes kilómetros hasta llegar a Granada, este viaje se me hizo muy pesado; pero como todo principio tiene un fin, gracias a Dios divisamos Granada. Lo primero que vimos fue la Alhambra, muy bonita pero no tanto como la mezquita. En la Alhambra no tuvimos guía como ocurrió en Córdoba, por un lado era preferible ya que el de Córdoba os metió un rollo soberano. Por otra parte, era mejor tener guía, nos contaría cosas nuevas y tendríamos la posibilidad de ir todos juntos y sería menos probable perderse. Estuvimos recorriendo el jardín de la Alhambra y el patio de los leones y al final Tere y yo nos perdimos. Encontramos la salida pero no al grupo. Nos dirigimos al Generalife pero al grupo no lo vimos. Después no hacíamos más que subir y bajar la calle que iba de la Alhambra al Generalife y también preguntamos en la Alcazaba. No estábamos tristes ni teníamos miedo, pensábamos encontrar a nuestros compañeros enseguida, pero esto no ocurrió así. Tardamos una hora y media hasta que les vimos. Entramos en el Generalife, aún sin el grupo, y subimos a una muralla para ver se desde lo alto veíamos el autobús. Por suerte divisamos el paseo por donde habíamos venido. Salimos del Generalife y fiándonos de los carteles supimos ir hasta el autobús. Todo volvió a la calma y después de una regañina subimos al autobús. En el camino hicimos varias paradas. Comimos muy tarde y volvimos a parar en Bailén, hacía muchísimo calor. En el autobús estábamos a 40°C. En la parada de Bailén varios chicos compraron pollitos de color rosa para jugar con ellos y hasta la siguiente parada Anta Teresa y yo cuidamos de un pollito, le dimos de comer, de beber y de vez en cuando se echaba a dormir.






También en este viaje cantamos canciones, algunas conocidas y otras no tanto. Qué largo se nos estaba haciendo el viaje así que muchas nos pusimos a dormir. Al despertar nos desilusionamos, aún nos quedaban muchos kilómetros.
Llegamos a Madrid ya de noche y allí se bajó Dña Toñi, su marido la estaba esperando. Qué suerte para ella, por fin en casa. A nosotros todavía nos quedaban bastantes kilómetros. Pero por fin divisamos Segovia. Nuestros padres nos estaban esperando. Estábamos deseando bajar. Eran las doce y media y teníamos ganas de dormir.



En resumen, la excursión resultó muy bien, alegre y divertida. Las excursiones en las que estás varios días fuera de casa y con chicas de la misma edad tienen muchas ventajas, convives con ellas y con profesores, aprendes a tratarles, les conoces mejor. Conoces nuevos lugares, conoces sus problemas y de todo lo que se ve se aprende. Vives nuevas experiencias, amplías tu imaginación y conocimientos. También tiene sus desventajas, como por ejemplo, con algunos te llevas desilusiones y descubres su verdadera personalidad.



 
 
 

Algunas vivencias te perjudican.





Fuimos 100 personas a la excursión, 25 de mi clase y 5 profesores. Doña Angelines, Doña Toñi, Doña Emilia, Doña Pili y Don Mario.

También iba a ir Doña Rosa pero a última hora se puso enferma.




Aquí termina el relato de la excursión de octavo. Os recuerdo que es una transcripción literal de lo que escribí entonces. Espero os permita recordar aquellos días y que hasta os riáis porque aunque es un relato bastante soso, el último día fue toda una aventura, especialmente para Maite y para mí. Aunque nos regañaran los profesores, lo recuerdo con orgullo pues fuimos capaces ella y yo solas de reencontrar al grupo, deshaciendo un camino y recorriendo las calles de una ciudad que no conocíamos. Tal vez alguno de vosotros se anime a contar cómo vivió la excursión. Sé que Yolanda escribió después cómo lo sintió ella y me encantaría que lo compartiera con el grupo. Y si los chichos se animan a contar las aventuras nocturnas de sus habitaciones tal vez nos riamos aún más, porque recuerdo a los profes tener que hacer guardia en sus pasillos pues no había día que no montaran alguna travesura o que intentaran llegar a nuestras habitaciones, o más bien diría, a ciertas habitaciones, que otras éramos demasiado niñas para tales aventuras.



Sole,









 

1 comentario:

  1. Sole, muchas gracias por compartir esos momentos tan personales, a pesar de esa perspectiva desde el mundo de las niñas. También te puedo decir que me hago mejor desde esa perspectiva una idea más real de esos momentos que disfrutasteis juntos. Esas vivencias son las que modelan tu carácter, tu forma de ser y actuar de hoy en día. Al igual que El compartir todo tipo de momentos se ve a la persona, tal cual, sin velos ni mascaras.
    Gracias por compartir.

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